Por principio, el color es una percepción en el órgano visual de quien lo contempla. Y esta percepción se da gracias a la luz, que es una porción de la amplia gama de energía que el sol irradia constantemente. Podemos ver las cosas que nos rodean, y apreciar su color porque éstas emiten luz (cuerpos luminosos) o reflejan la luz que reciben (cuerpos iluminados).
El color es lo que vemos cuando llega a nuestros ojos la luz reflejada por un objeto. Todo cuerpo iluminado absorbe una parte de las ondas de luz y refleja las restantes. Existen numerosas fuentes emisoras de luz (el sol, las lámparas fluorescentes, incandescentes, el fuego, etc.) y cada una afecta considerablemente la manera en que percibimos los colores.
La más importante de las fuentes de luz es el sol. La luz del sol está formada por un amplio espectro de radiaciones que se agrupan en un espectro continuo que comprende desde longitudes de onda muy pequeñas (1 picómetro = 1pm, equivale a la billonésima parte de un metro) hasta longitudes de onda muy grandes (de más de 1 kilómetro).
Cada longitud de onda visible define un color diferente. El ser humano tan sólo es capaz de visualizar un subconjunto de las longitudes de onda existentes: las que van desde 380 nanómetros (1 nanómetro equivale a una millonésima de milímetro), que corresponden al color violeta, hasta los 730 nanómetros, que corresponden al color rojo. A esta porción de colores que vemos, se le llama espectro visible.
Dependiendo de la persona y las condiciones del entorno, el ojo humano es capaz de percibir hasta cerca de un millón de colores.
La suma de todos los colores (longitudes de onda) da como resultado la luz blanca, siendo el color negro u oscuridad la ausencia de colores.
Los conocimientos habituales del color, provienen de dos grandes fuentes: una es la científica, que procede de experimentos y que trata de establecer leyes que expliquen el fenómeno del color; y la otra es producto de la intuición de filósofos, escritores, pintores. Pero siguiendo la línea del espectro visible, es posible señalar las dos más relevantes hasta ahora:
Una de las dos primeras explicaciones de la óptica del espectro vino de Isaac Newton y su Opticks. Newton ocupó por primera vez la palabra espectro (apariencia o aparición en latín) al describir sus experimentos en óptica. Se basó en un experimento de descomposición de la luz blanca, la que hizo atravesar por un prisma y obteniendo de esta manera, el espectro luminoso.
Probó que la luz blanca se hallaba constituida, en realidad, por una combinación de todos los colores del arcoiris, y que los diferentes colores en que se dividía la luz se trasladaban a la misma velocidad a través del aire, pero a diferentes velocidades en el cristal transparente.
Por ejemplo la luz roja se desplaza con mayor rapidez en el cristal, que la luz violeta. De esta manera, los colores se disponen a partir del rojo, uno a continuación del otro, formando el espectro.
Newton dividió este espectro en siete colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. Eligió estos siete colores de una creencia, derivada de la antigua Grecia, de que existía una conexión entre los colores, las notas musicales, los cuerpos en el sistema solar, y los días de la semana ((HUTCHISON, Niels. Documento Música para la medida: En el 300 aniversario de Newton Opticks. Color y Música. 2004.)). Denominó triada primaria o colores simples al rojo, amarillo y azul, y a sus mezclas, complementarias o secundarias: verde, violeta y naranja.
También observó que la luz natural, cuando incide sobre un elemento, éste absorbe algunos de esos colores y refleja otros. Con esta observación dio lugar al siguiente principio: los cuerpos opacos al ser iluminados reflejan todos o parte de los componentes de la luz que reciben.
La otra explicación del espectro, es experimental y la hizo Johann Wolfgang von Goethe en su Teoría de los Colores, quien sostuvo que el espectro continuo es un fenómeno complejo, oponiéndose a Newton. Goethe observó que con una mayor apertura del haz de luz, se pierde el espectro; se manifiesta un borde de color rojizo-amarillo y el otro borde de color azul-cyan, con tonos de blanco entre ellos, y el espectro sólo se plantea cuando estos bordes se acercan lo suficiente a la superposición de los colores.
Entonces Goethe manifestó que, “los colores, por lo tanto, para empezar, hacen su aparición pura y simplemente como fenómenos en la frontera entre la luz y la oscuridad” ((GOETHE, Johann Wolfgang von. Teoría de los colores. Colegio Arquitectura Técnica de Murcia, 1992. Madrid – ESPAÑA.)) . Su teoría, contiene una de las primeras y más exactas descripciones de fenómenos tales como sombras de color, refracción, y la aberración cromática.
Newton vio la luz blanca compuesta de distintos colores y Goethe vio el color, como resultante de la interacción de la luz y la oscuridad. Esta última teoría, más experimental y fisiológica que física, no fue bien recibida por la física moderna, la cual basada en las teorías de Newton y Huygens, definen la oscuridad como una ausencia de la luz. Young y Fresnel, combinando las teorías de Newton y Huygens, demostraron que el color es la manifestación visible de la longitud de onda de la luz.
A pesar que su teoría ha sido rechazada con el paso del tiempo, para Goethe era muy importante comprender la reacción humana a los colores, habló de “exigencias” del color, que no son otra cosa que la parte subjetiva del color y su investigación fue la piedra angular del actual significado del color.