Lo primero que conviene aclarar es la diferencia entre estos dos conceptos. Cuando se ajusta un monitor se dice frecuentemente que se “calibra”, aunque lo que realmente se hace es calibrar y caracterizar, que son cosas diferentes. El caso del monitor es tan especial que no se concibe una calibración sin una caracterización, así que siempre se hacen juntos.
Es el proceso de ajuste de una máquina o monitor con respecto a una escala conocida o estándar, para que se comporte de una forma más exacta. En otras palabras es dejar un dispositivo en su estado óptimo de funcionamiento. Es muy importante que los diferentes elementos utilizados en la cadena de producción como por ejemplo, escáneres, monitores, cámaras fotográficas e impresoras, se ajusten para así alcanzar un alto grado de fidelidad.
Los parámetros a calibrar son los siguientes:
a) La luminosidad del blanco: Es lo que se conoce como la ganancia y se ajusta mediante el mando del contraste.
b) El nivel de negro: Es el paso más difícil de todos y es el voltaje mínimo de la señal que se envía a la pantalla. Se ajusta con el mando del brillo.
c) La gamma, o curva de respuesta: es la medida del grado de contraste o expansión de las sombras y luces de una imagen. La corrección de ésta es una de las técnicas para solucionar el problema de las diferencias de colores o tonos de lo que vemos a lo que imprimimos. Para ajustarla, hay que hacerlo a través de los ajustes de la tarjeta gráfica (se debe a que realmente no se calibra el monitor, sino que se reajustan parámetros en la tarjeta gráfica).
La calibración puede arreglar defectos visuales y/o colores incorrectos y su principal objetivo es lograr que el monitor muestre los colores lo mas fiel posible a la realidad. Generalmente nos damos cuenta de estas irregularidades al comparar la imagen del monitor contra otro o al comparar alguna imagen que tengamos impresa con la que vemos en el computador. En general, con la calibración obtendremos un rendimiento óptimo y eliminaremos cualquier dominante cromática no deseada que posea el monitor y también las sombras y luces quedarán representadas de la mejor manera posible.
Es crear un perfil de color que describa las características tonales del dispositivo concreto, en este caso del monitor. Se realiza la calibración de nuestro monitor y se guarda la configuración del “nuevo” perfil de color. Es configurar un perfil nuevo específico.
Para calibrar o caracterizar correctamente un monitor, primero debemos tomar en cuenta algunos factores: ((RODRIGUEZ, Hugo, Calibración del monitor, Sitio web consultado en julio de 2008.))
a) Cuidar la iluminación del lugar de trabajo: El entorno afecta al monitor y debe cuidarse para poder luego confiar en lo que el monitor nos permitirá ver. Una forma de hacerlo es tener las luces del escritorio apuntando hacia la pared que tenemos enfrente (es decir, detrás del monitor), de forma que no inciden sobre la pantalla en ningún caso. Por eso, lo habitual es apagar la luz de la sala, cerrar las cortinas y encender la luz de escritorio.
b) Resolución y refresco: otros factores que pueden variar muy ligeramente la respuesta tonal, aunque parecen no tener nada que ver, son el refresco de la pantalla y su resolución. De hecho el refresco es un parámetro que influye especialmente en la comodidad de visión. Un refresco mal ajustado o sin ajustar estará seguramente a 60 hercios y provocará molestias oculares o dolores de cabeza al cabo de una hora de trabajar delante del computador. Para evitar esto conviene que esté como mínimo a 75 Hz y mejor aún a 85 Hz. En el caso de la resolución, lo óptimo es ajustar el monitor a una resolución de unos 90 ppp (píxeles por pulgada) y no 80, porque así se consigue mayor definición y espacio para trabajar. Ambos factores, refresco y resolución, pueden modificarse en el panel de control del computador, ya sea Macintosh o Windows.
c) Profundidad de color: debe estar configurada en el máximo posible para el monitor que se quiere calibrar y caracterizar. Este elemento también puede modificarse en el panel de control del computador, ya sea Macintosh o Windows.
d) Limpieza de la pantalla: la limpieza del cristal de la pantalla no puede olvidarse, porque debido a que muchos monitores tienen un tratamiento antirreflectante, todas las manchas sobre el cristal entorpecen y molestan a la vista, y hacen más difícil la calibración. Una vez realizados estos pasos, lo más recomendado es calibrar y caracterizar el monitor mediante un software de calibración.
Un ejemplo de esto es Adobe Gamma, software que se incluye al instalar cualquier programa de Adobe. Este tal vez sea el más fácil y rápido elemento para calibrar nuestro monitor. Posee una guía con pasos a seguir muy sencillos, y que otorgan la posibilidad de realizar un ajuste de luminosidad, oscuridad y gamma de manera fácil. En el caso de Macintosh, existe un Asistente para Calibración del Monitor de Apple (Apple Display Calibrator Assistant), que se encuentra en las preferencias del sistema y proporciona un servicio muy similar.