El trabajo del diseñador no se acaba en la fase de diseño; se necesita su aporte para y durante la reproducción, pruebas e impresión de su trabajo. Un buen diseño no tiene éxito si no puede ser trasladado con efectividad al trabajo impreso. Si bien es la mano del diseñador la que da forma a
un trabajo impreso, son las habilidades de la imprenta las que ayudan a plasmar esta visión o mano en el trabajo acabado.
Al reproducir un trabajo para imprimir, el cliente, el diseñador y el taller de reproducción o imprenta, generalmente no tienen las mismas prioridades. El cliente quiere que el trabajo tenga la mejor apariencia posible, que no se pase de su presupuesto y que se entregue dentro de un plazo. El diseñador también quiere que el trabajo se vea lo mejor posible, pero esta prioridad a veces puede complicar las del costo y el plazo de entrega. La imprenta tiene que traducir el trabajo del diseñador en algo que se pueda imprimir, a la vez que quiere obtener un beneficio y retener al cliente.
Debemos considerar el papel como un reflector de la luz. Si es blanco, refleja todos los colores, por eso lo vemos blanco. Si podemos controlar selectivamente los colores reflejados por el papel, estamos en condiciones de duplicar los colores reflejados por el original. Esta forma de control es función de las tintas de imprenta. Las tintas absorben luz; por lo tanto, podemos utilizarlas para controlar la luz reflejada en el papel.
Un original es un conjunto de elementos gráficos donde todos las partes que lo componen serán de suma importancia en su impresión. [+]
Antes de comenzar a preparar el trabajo para imprenta, lo ideal es contactar al personal de preimpresión para conocer sus requisitos. [+]
Las pruebas de color permiten analizar aspectos fundamentales como la calidad de la reproducción de las imágenes, la reproducción del color y los errores de producción y montaje. [+]
Al hacer la separación de los originales en color, se usa el mismo sistema que para las fotografías en blanco y negro. [+]